Un total de 40 países se suman a la petición al considerar que todavía se desconocen los impactos ambientales
Está previsto que a partir de julio de 2023 la regulación internacional esté concluida y comience la extracción
Una toma de muestra de telurio en el fondo marino ABC
A cientos de metros bajo el mar, sin luz y prácticamente intactos, están los mayores yacimientos listos para su extracción. Un tesoro de minerales vitales para móviles, tabletas, coches eléctricos y hasta el frigorífico. La idea de su extracción lleva años rondando a empresas mineras y países; y ha sido objeto de negociaciones en organismos internacionales. Pero es ahora, a un año de que se concluya la normativa que daría el pistoletazo de salida a la minería submarina, cuando cada vez más países están empezando a mostrar sus recelos. Esta semana España se ha sumado a una petición encabezada por Chile que reclama más tiempo antes de la extracción. El argumento: faltan conocimientos científicos sobre el impacto que tendrá esta actividad en la vida marina.
«La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se había manifestado varias veces por la necesidad de proteger los fondos marinos y evitar la minería submarina, pero ahora es una posición de Gobierno», explica a ABC José Luis García Varas, responsable de Océanos en WWF.
Tras ocho años de negociaciones sin avances, el año pasado, la república más pequeña del mundo, Nauru, una isla de la Micronesia, lo cambió todo. El estado insular activó un mecanismo que requiere que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (conocida como ISA, por sus siglas en inglés) apruebe las regulaciones mineras en dos años, o se podrán requerir licencias mineras bajo las protecciones ambientales actuales. La fecha límite es el 9 de julio de 2023, lo que está acelerando los esfuerzos por lograr una normativa y ha forzado a los países a definir sus posturas.
En total, según Chile, unos 40 estados han apoyado la propuesta para reconsiderar la norma que forzaría los primeros permisos el próximo año. Lo han hecho durante la última asamblea de la ISA, donde están representados 167 países y se negocian las reglas que se aplicarán para la extracción.
«Cada vez más países alzan la voz para mostrarse contrarios a la apertura de este tipo de proyectos», asegura García Vara. Sin embargo, también existen muchos indecisos. «Muchos países no se están significando», reconoce el responsable, quien apunta a que «hasta hace muy poco» en España también había diferentes posturas dependiendo del ministerio.
«Un tipo en el pie»
El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), Manuel Regueiro, apunta a ABC a que la postura española es «lógica» con las políticas de Transición Ecológica, aunque destaca que «al mismo tiempo España ha pedido ante la ONU una ampliación de su plataforma continental en Canarias y Galicia, se supone que para poner disponer de esos posibles recursos. Es una especie de una de cal y otra de arena. Quizás un tiro en el pie».
España no tiene por ahora ningún derecho minero submarino en aguas internacionales. Tampoco parece, explica Regueiro, que los recursos minerales de la plataforma continental española, aún por investigar, se vayan a poner en explotación en el corto plazo.
Sin embargo, a nivel internacional hay permisos otorgados por la ISA con la norma vigente, y se están haciendo investigaciones. Se han encontrado minerales como el oro, la plata, el níquel, el zinc, el litio, el paladio, el estaño o el platino, así como las escasas 'tierras raras' y elementos como el rutenio, el wolframio, el bismuto o el telurio. Algunos países están avanzando todo lo posible antes de la extracción, realizando incluso las evaluaciones de impacto ambiental de sus derechos. También hay maquinaria diseñada para trabajar en fondos marinos. «Ahora bien, hasta que se ponga en explotación alguno de los yacimientos de nódulos polimetálicos aún faltan años», asegura Regueiro.
Posibles daños
Los grupos ecologistas temen que la explotación de los fondos marinos cause daños irreversibles. «Tendría consecuencias devastadoras para los ecosistemas marinos», aseguraron ayer en un comunicado conjunto Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF.
En este campo, la ciencia avanza lentamente. Hace tan solo un mes, un estudio publicado en 'Science' descubrió que el ruido de una sola explotación podría viajar aproximadamente 500 kilómetros, con impactos acumulativos en los lugares donde operen varias minas cerca. «Las profundidades del mar son el hogar de organismos que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra, muchos de los cuales, dada la ausencia de luz solar, probablemente usen el sonido para desplazarse, comunicarse, encontrar parejas, localizar comida y detectar depredadores», explicaba el equipo de investigadores.
Ante la incertidumbre, grandes grupos como Volkswagen, Samsung, Google o Philips se han sumado a la petición de una moratoria hasta que mejore el conocimiento científico. Mientras, se han comprometido a no obtener minerales de los fondos marinos, excluir dichos minerales de sus cadenas de suministro y a no financiar actividades mineras en las profundidades.
ENLACES:
https://www.abc.es/sociedad/espana-pide-frenar-mineria-submarina-20220805213125-nt.html
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